RUTA PATRIMONIO CULTURAL

Denominada como la “Ciudad Jardín” posee un gran número de espacios públicos con hermosos jardines, parques y plazas que contienen especies endémicas e introducidas, que gracias a las bondades del clima se manifiestan con gran esplendor en las diferentes épocas del año.

A este paisaje urbano con múltiples áreas verdes, que constituye un verdadero espectáculo por la diversidad y colorido de su flora, se suma un clima costero de veranos suaves, en los cuales las temperaturas no sobrepasan los 25 grados y de inviernos templados, donde las lluvias están limitadas casi exclusivamente a la estación invernal, entre fines de marzo e inicios de septiembre, y debido a la influencia marina que regula las temperaturas las heladas son muy escasas en esta zona.

Uno de los rasgos arquitectónicos típicos de Viña del Mar son las grandes casonas familiares, llamadas también castillos o palacios, testimonios de la época dorada que se remonta a principios del siglo pasado. A su vez, la ciudad posee barrios residenciales con chalets rodeados de hermosos jardines y conjuntos de edificios altos y modernos, que en su mayoría se encuentran frente al borde costero.

Su litoral cuenta con 13 playas, en un recorrido de aproximadamente 3,5 kilómetros , destacando Reñaca como el principal balneario de la ciudad, poseedor de una variada oferta turística.

La Ruta Patrimonial Viña del Mar cuenta con dos circuitos: el primero se inserta en el sector urbano y se compone de tres tramos y 26 Hitos. Mientras que el segundo recorre el borde costero y consta de un tramo y siete Hito

http://rutas.bienes.cl/wp-content/uploads/2015/01/31.pdf

 

La elección de la Ciudad Jardín en 1962 como sede del VII Campeonato Mundial de Fútbol Profesional motivó su construcción, siendo su maquinaria adquirida en Neuchatel, Suiza Francesa a la fábrica Favag e inaugurado el 15 de mayo del mismo año.

Su engranaje original ha variado en dos oportunidades, en la última ocasión su sistema mecánico fue sustituido por un eficiente computador, que lo pone al día en cuanto a tecnología y que le permitirá funcionar por muchos decenios más.

En tanto, la mantención de las flores que tienen una altura de no más de 10 cm, por el movimiento de los punteros y el segundero, se realiza en forma permanente y el cambio de las mismas se efectúa cada tres meses.

El Reloj de Flores se ha convertido en uno de los sitios turísticos más concurridos por los visitantes, y según dicen los habitantes de la ciudad, aquellos que se fotografíen con él a sus espaldas volverán a Viña del Mar.

Existen otras importantes urbes con relojes florales similares al de nuestra ciudad, como Bologna, Italia; Barcelona, España; San Juan, Argentina; Caracas, Venezuela; Asunción, Paraguay; Melbourne, Australia; Monrovia, Sudáfrica, entre otras.