Entrevista: Gilda Gajardo Oliva, Delegada del Consejo Global de OCLC


Entrevista: Gilda Gajardo Oliva,


Delegada del Consejo Global de OCLC



Gilda Oliva

Háblenos un poco de su experiencia profesional.
Desde 1993 hasta 1995, estudié en el Instituto de Capacitación Profesional (ICAP). En el año 2002, tomé un curso de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM). Obtuve mi Licencia Digital (ICDL) en el año 2004. Otras de mis certificaciones son Aleph (2008) y la realización del Programa de Servicios y Recursos de Internet para Bibliotecas (2008), dictado por la Fundación Bertelsmann (Barcelona).


¿Por qué o cómo se convirtió su biblioteca en miembro de OCLC? ¿Qué servicios de OCLC utiliza?
Nos convertimos en miembros de OCLC a partir de nuestra participación en la DIBAM. La DIBAM utiliza el sistema de catalogación de OCLC y también utiliza QuestionPoint, el servicio de referencia virtual de la cooperativa de OCLC.


¿En qué proyectos o iniciativas está trabajando actualmente en su biblioteca?
En este momento, tenemos una asociación con la Fundación Coopeuch, una organización de crédito local. La Fundación Coopeuch es una organización sin fines de lucro, dedicada a brindar financiación y propiciar la aplicación de nuevos proyectos e iniciativas tendientes a promover el desarrollo social. Las iniciativas que esta fundación respalda se centran en las oportunidades relacionadas con la educación.


La fundación decidió otorgarle a nuestra biblioteca subsidios de $8000 dólares estadounidenses al año, durante un plazo de tres años. Este financiamiento nos permitió renovar la fachada de la biblioteca en el año 2009, y este año hemos creado el rincón de los cuentos infantiles y una nueva sala de estudios. Además, hemos lanzado un programa llamado "la Mochila mágica".

¿Cuál es la imagen que se tiene de las bibliotecas y los bibliotecarios en su país? ¿Cree que se ha producido algún cambio en ese sentido?
En el año 2002, cuando empecé a trabajar en esta biblioteca, creo que la gente veía a los bibliotecarios como personas que se limitaban a sentarse detrás de un escritorio y ayudar a quienes querían retirar algún libro. Después, mi biblioteca se involucró en un proyecto llamado BiblioRedes.


BiblioRedes es un programa de la DIBAM, financiado a través de fondos públicos. Se lanzó en el año 2002 con el objeto de disminuir la brecha digital, y se convirtió en un programa gubernamental gracias al compromiso de todas las bibliotecas afiliadas al programa. En 2002, Internet no era un servicio de uso generalizado aquí en la comunidad; mucho menos en la biblioteca.
A través de BiblioRedes, hoy disponemos de computadoras "de última generación", conectadas a Internet, y podemos ofrecer capacitación gratuita en informática para el público general. Bill & Melinda Gates Foundation ha donado $9,2 millones de dólares estadounidenses para este programa. BiblioRedes se implementa en las bibliotecas públicas de todo el país y está coordinado a través de la DIBAM, además de contar con el apoyo del gobierno chileno y la colaboración de muchos gobiernos municipales de este país. En la actualidad, BiblioRedes está presente en 403 bibliotecas públicas y 18 laboratorios regionales de todo Chile, desde Visviri hasta Puerto Williams, incluso en territorio insular.


¿Qué la motivó a postularse para Delegada del Consejo Global de OCLC?
Mi principal motivación es representar a la Biblioteca Miguel Ángel Díaz y participar en la comunidad global de la cooperativa, es decir, trabajar junto a otros miembros para mejorar los servicios de información.


Las bibliotecas públicas de Chile no tienen presupuestos propios y, para obtener recursos, debemos presentar propuestas de proyectos específicos. En los últimos años, se crearon algunas bibliotecas bastante sofisticadas en Chile, y creo que los funcionarios de gobierno han comenzado a tomar conciencia de la importancia que tienen las bibliotecas como recurso básico de la comunidad. Espero que este cambio propicie la adquisición de recursos, porque nuestros servicios son importantes, y la nuestra es una comunidad vulnerable. Brindamos información y cultura; fomentamos la lectura y, al ofrecer acceso a Internet, somos un vínculo de comunicación esencial para los ciudadanos de nuestro país. En épocas de rápidos adelantos tecnológicos, ofrecemos herramientas para la alfabetización digital en forma gratuita.


La mayoría de las bibliotecas chilenas están organizadas como departamentos y oficinas que pueden adaptarse para desempeñar las funciones de una biblioteca, pero que no tienen necesariamente todo el espacio y la infraestructura que una biblioteca debería tener.


Como Delegada del Consejo Global, espero lograr que nuestros dirigentes nacionales tomen una mayor conciencia del potencial de nuestras bibliotecas. Muchas organizaciones han celebrado asociaciones con bibliotecas públicas de Chile, porque reconocen que son la única red que está verdaderamente conectada en todo el país, además de ofrecer acceso gratuito a Internet. Algunas de estas organizaciones son:


• SERNAC (Servicio Nacional del Consumidor)
• FONASA (Fondo Nacional de Salud)
• SII (Servicio de Impuestos Internos)

¿Qué espera aprender a partir de la experiencia en esta posición de liderazgo?
Tengo la esperanza de que las bibliotecas de Chile, especialmente las que represento, sigan creciendo. Nuestras bibliotecas tienen necesidades particulares. Aquí mucha gente aún no ha asumido la idea de que las bibliotecas son centros de información cultural, además de depósitos recreativos para preservar los medios audiovisuales y demás medios de comunicación de nuestras comunidades.
Debemos estar atentos a todas las necesidades de la comunidad y recibir todas las propuestas que nos conciernan y puedan resultar útiles.

¿Cómo ve la función de la cooperativa de OCLC en el futuro, especialmente para los miembros y futuros miembros de su región?
Esta oportunidad abre una ventana al mundo, para que todos los miembros y usuarios de OCLC puedan aprender más sobre las bibliotecas digitales de Chile. Y a través del contenido creado a nivel local, podrán descubrir Chile, nuestras tradiciones culturales y nuestro turismo, entre muchos otros aspectos.

¿Qué le gustaría comunicar a los miembros del resto del mundo con respecto a los desafíos y las oportunidades específicos de su región?
Hace poco, Chile ocupó los titulares de todo el mundo debido a los 33 mineros que quedaron atrapados y, antes de eso, a causa del terremoto de 8.8 grados que tuvo lugar en febrero y el tsunami que se produjo después, hechos en los que murieron cerca de 800 personas. Nuestras vidas cambiaron drásticamente en tres minutos, y muchas bibliotecas desaparecieron. Toda la tecnología quedó completamente obsoleta tras el golpe que nos dio la naturaleza. No teníamos energía eléctrica, ni agua, ni señal de teléfono. Sin embargo, a pesar de todo esto, las bibliotecas fueron las primeras en brindar información y en volver a conectarse para que los ciudadanos pudieran comunicarse con sus familiares y amigos.


Creo que no es necesario aclarar que los desafíos que enfrentan las bibliotecas en mi región son muchos y muy grandes, pero también son muy alentadoras las oportunidades de trabajar juntos, en estrecha colaboración.