Plan Piloto potenciará trabajo colaborativo entre las bibliotecas de la comuna de Cisnes

Hace algunos días, un equipo de profesionales de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos,DIBAM, específicamente del Centro de Conservación y Patrimonio, CNCR, integrado por Bernardita Ladrón de Guevara, Encargada de la Unidad de Goereferenciación Patrimonial, Carolina Chávez, Geógrafo y Rafael Prieto, Antropólogo, visitaron la comuna de Cisnes con el objetivo de realizar un trabajo de mapeo que permitirá diagnosticar la ubicación y distribución de la población usuaria de bibliotecas en la comuna. ¿Con qué objetivo?, es lo que conversamos con la Coordinadora Regional de Bibliotecas Públicas de la región de Aysén, Claudia Póveda Cáceres. 1.- Claudia. ¿Qué permite esta “Georeferenciación” de la cual se habla y cómo repercute en la biblioteca de Cisnes? En palabras simples, se trata de conocer a la población lectora, a nuestros usuario, saber dónde están, en qué espacios físicos se concentran, cuál es el número real de préstamos en la comuna, si están alfabetizados digitalmente o no. Esto nos permite visibilizar espacialmente el público al cual aún no hemos llegado como biblioteca, y diagnosticar dónde tenemos aún trabajo pendiente. ¿Cómo surge este Plan Piloto? Esta es una experiencia creada desde la Coordinación de Bibliotecas Públicas de la región de Aysén, como una forma de ver a la biblioteca no sólo como una estructura o un espacio físico, sino como un conjunto de servicios bibliotecarios que forman parte del aparato público, y que debe esmerarse por llegar a la mayor cantidad de usuarios. Esto nos sirve para probar experiencias e identificar aquellas cosas que podemos utilizar en otras comunas. Nos permite ir puliendo esta propuesta y ver cómo abordamos los espacios dispersos que nos quedan en el territorio y cómo debemos esforzarnos por llegar a todos los sectores, por más lejos o dispersos que se encuentren. ¿Cuál es el diagnóstico que haces hoy de las bibliotecas de la región, a raíz de esta experiencia en Cisnes? Hoy tenemos en Cisnes por ejemplo, una biblioteca realmente exitosa, muy “camiseteada” con el rol de la biblioteca, con un municipio que ha buscado permitir el acceso a sus pobladores a las bibliotecas, entendiendo que éstas no sólo son espacios para libros, sino son espacios personales de desarrollo educativo. Actualmente, la biblioteca de Cisnes ya está trabajando para llegar a Gala, Gaviota, Raúl Marín Balmaceda, y eso implica un esfuerzo importante, el pensar a las bibliotecas más allá de sus paredes. Por esta razón, iniciamos el plan piloto en Cisnes, porque es una biblioteca que tiene un compromiso importante y además, porque cuenta con una red de bibliotecas comunales. En tanto en las bibliotecas del resto de la región, tenemos mucho trabajo. Hoy contamos con al menos siete nuevos encargados de biblioteca en la región, savia nueva, que sabemos serán un gran aporte a nuestro qué hacer. ¿Qué es lo que se espera de este trabajo realizado en la comuna de Cisnes? En primer lugar valorar lo que se tiene, hay dos buenas bibliotecas comunales como son las de Puyuhuapi y la Junta, son más pequeñas, pero han demostrado una alta proactividad, y donde se espera que sean un aporte a sus comunidades. Es importante trabajar en red, que éstas realicen acciones conjuntas, que se potencien en cuanto al trabajo y la colaboración. Para allá vamos, a encontrar objetivos comunes que generen aún más el hábito por la lectoría. ¿Cómo se proyecta el trabajo de las bibliotecas?, ¿cuáles son los próximos desafíos que tiene la Coordinación de Bibliotecas Públicas en la región de Aysén? Claramente, que las bibliotecas pasen a ser el fiel reflejo de sus comunidades. Deben ser y son un espacio comunitario por excelencia. Nosotros hablamos de las bibliotecas como la casa de todos, porque hablamos de este lugar no sólo como un espacio donde se entrega conocimiento, sino también, donde se “crea” conocimiento, experiencias y magia. Un espacio donde podamos construir identidad y una relación con nuestra comuna. Las bibliotecas no son un mundo aparte, sino son parte de las mismas y son útiles en la medida en que representan y reflejan sus aspiraciones y sus sueños. Estamos hablando de un modelo distinto al que generalmente proyectan las bibliotecas… Sí, éste mismo proceso nos invita a poner la mirada más allá, quebrar la imagen de la biblioteca como un espacio silencioso, donde la bibliotecaria se sienta y espera a que llegan sus usuarios. Estas nuevas bibliotecas van al encuentro de las personas, porque asumimos que la lectura no es un hábito común, no es un hábito presente en todas las personas y lo que nosotros buscamos es una cultura en torno a la lectura, no solamente como un medio o un habito socialmente valorado por el solo hecho de ser más culto, sino de buscar la lectura como un mecanismo de crecimiento personal, de búsqueda de nuevos horizontes.